Photoshop

Uno de los errores que encuentro en la interfaz de este programa es que no es coherente con la estética de Windows (en su versión para Windows, que es la que voy a analizar). Tiene un estilo propio que cambia por completo con la estética general del sistema operativo, aunque dentro de si mismo, y con el resto de la suite cs4 es coherente.

La barra de herramientas me genera controversia. Por un lado, nos muestra una serie de botones que precisan de situaciones especiales para ser usados, mientras que otros, mas generales, están ocultos, y para acceder a ellos hay que hacer click derecho sobre otro botón, cosa que el usuario no tiene por qué saber. Esto me sucedió buscando el botón de degradado, que no había forma de encontrarlo hasta que me dijeron que estaba “debajo” del botón del bote de pintura.

Pero por otro lado, por lo general, todos los botones hacen un buen uso de las metáforas.

El botón de “capas” tiene un fallo, que en mi opinión está en la programación, pero que afecta a la frontera de evaluación. ¿Qué sucede? Desde el primer momento aparece marcada como que está abierta, pero después de un rato trabajando nos damos cuenta de que sigue sin aparecer ninguna capa. Necesitamos hacer doble click sobre la pestaña para que “reaccione”, y de esta forma nos muestre las capas de la imagen.

En la imagen se ve otro fallo en el diseño. Existiendo la posibilidad de elegir el diámetro, no entiendo por qué abajo, donde nos muestra los distintos tipos de punta para el pincel, nos muestra distintas opciones del mismo tipo, con tamaños distintos. Esto provoca que para poder verlos todos y compararlos, tengamos que estar moviendo la barrita lateral y buscando, algo que probablemente, si no hubieran puesto distintos ejemplos según tamaños, podría haber ahorrado esfuerzo al usuario menos paciente.

Por otro lado, uno de los grandes aciertos de este programa es la “galería de filtros” , que nos permite, de forma cómoda, probar los distintos filtros que se le pueden aplicar a la imagen, sin afectarla, solo por ver como queda, es decir, sin que el problema sea irreversible.